Desde la Alianza de Mujeres Tejedoras de Vida del Putumayo, nos enorgullece la nominación al premio Nobel de la Paz de Jani Silva, una mujer que incansablemente ha trabajado por el Putumayo y que, gracias a ese gran liderazgo, hoy es un ejemplo para el territorio y para todo el país, donde en medio de las dificultades y amenazas que viven los líderes y las lideresas sociales en Colombia, su nominación a este galardón permite dignificar el trabajo de las mujeres campesinas en el país.
Su dedicación y esfuerzo desde los 16 años en procesos sociales, ambientales y comunitarios, la convirtieron en un ejemplo para su comunidad, logrando a finales de los 90 consolidar la Zona de Reserva Campesina de La Perla Amazónica, que agrupa a 24 veredas del municipio de Puerto Asís (Putumayo). Este gran sueño buscaba que muchos campesinos y campesinas lograran acceder a la tierra y dignificar sus condiciones de vida; sin embargo, se vio interrumpido por las constantes amenazas de grupos armados ilegales y solo hasta el 2011, se lograron constituir legalmente para dar vida a la Asociación de Desarrollo Sostenible Perla Amazónica (ADISPA).
Defender el territorio ha sido la razón por la cual ha estado amenazada en varias ocasiones, pues sus constantes denuncias han girado en torno a la contaminación ambiental y exigir un Putumayo libre de guerra, que debido a la presencia de petroleras y grupos armados ilegales se han ido incrementando. Igualmente ha liderado procesos de sustitución de cultivos ilícitos en la región y actualmente lleva a cabo un proyecto de reforestación en la Amazonía.
Son más de 40 años de constante trabajo por buscar mejorar las condiciones de vida y con dignidad de la población rural en el Putumayo, lo que hoy la tiene nominada a merecer el galardón más grande del mundo, por todas sus contribuciones en defensa de los derechos humanos y del medio ambiente, una lucha que de la mano de muchas mujeres campesinas y sectores sociales, han ido tejiendo, para volver a sembrar esperanza en los rostros de muchas familias: mujeres, hombres, jóvenes, niños y niñas a quienes la violencia les arrebató todo: su dignidad y hasta la vida misma y los llevó a un rincón del miedo.
Hoy Jani Silva es el rostro de un Putumayo resiliente, la voz de muchas voces que se une para volver a reafirmar su compromiso en la defensa de la Vida y la construcción de paz.