“Porque las mujeres colombianas nos oponemos a cualquier guerra,
incluida laĀ guerra contra las drogas”
Puerto AsĆs, Ā 22 de marzo de 2017
El 17 y 18 de marzo de 2017 se reunieron Puerto AsĆs, Putumayo setenta y cinco mujeres cocaleras y coqueras de CaquetĆ”, Cauca, Meta, NariƱo y Putumayo para analizar su realidad como mujeres cultivadoras, recolectoras y realizadoras de otras actividades asociadas a la economĆa de la hoja de coca. Estuvieron acompaƱadas por organizaciones de mujeres y mujeres diversas de distintos lugares del paĆs (Barranquilla, BogotĆ”, Cali, MedellĆn, MonterĆa, Putumayo y Santander de Quilichao) y por una mujer boliviana, conocedora de los procesos de sustituciĆ³n y control social de la coca en su paĆs.
Las mujeres cocaleras enfrentan largas jornadas que comienzan desde el amanecer y llegan a sumar hasta 20 horas de trabajo. Estas implican la alimentaciĆ³n y cuidado de los hijos e hijas, esposos, las actividades domĆ©sticas, el cuidado de los cultivos, atender a los trabajadores, y desempeƱar todos los trabajos en los cocales (sembrar, fumigar, raspar, quimiquiar).
En el Encuentro, las mujeres respaldaron el Acuerdo de Paz entre el gobierno nacional y la guerrilla de las FARC-EP, apoyan su implementaciĆ³n y actĆŗan en concordancia con lo establecido en los mismos, en especial lo planteado en el punto 4 que establece que los planes de sustituciĆ³n deben ser concertados con las mujeres rurales vinculadas a la economĆa de los cultivos de coca.
DespuĆ©s de un dĆa y medio de trabajo conjunto, las mujeres reunidas exigen al Estado Colombiano que actĆŗe de manera inmediata en:
NO a la criminalizaciĆ³n de su labor. No son narcotraficantes, son mujeres trabajadoras empobrecidas con necesidades y derechos que han logrado satisfacer con los cultivos de uso ilĆcito. Ā Demandan que las mujeres que estĆ”n en las cĆ”rceles dentro y fuera del paĆs por su relaciĆ³n con la economĆa de la coca (cultivadoras, raspadoras, transformadoras, transportadoras y vendedoras) sean beneficiarias de excarcelamiento y cesaciĆ³n de procesos penales.
Exigen garantĆas de participaciĆ³n en todos los espacios de toma de decisiones municipales y departamentales con seguridad, formaciĆ³n y recursos econĆ³micos. Demandan participar de forma activa en la implementaciĆ³n del acuerdo de paz con otras organizaciones y en representaciĆ³nĀ equilibrada con los hombres como lo establece el enfoque de gĆ©nero incluido en el Acuerdo de Paz . Las mujeres consideran necesario hacer pedagogĆa masiva de los puntos 1 y 4 de los Acuerdos.
Piden que los procesos de sustituciĆ³n de cultivos no pongan en riesgo su derecho a la tierra, se les asegure la titulaciĆ³n de tierras para las que la poseen y acceso a las que no tienen, o no tienen tierra suficiente. Los procesos deben vincular a todas las mujeres que estĆ”n dentro de la economĆa de la hoja de coca (cultivadoras, recolectoras, transformadoras, transportadoras y vendedoras) con proyectos productivos agropecuarios de sustituciĆ³n para las actividades de cultivo y recolecciĆ³n y con proyectos productivos de transformaciĆ³n de materia prima para las actividades de transporte y venta. Dichos procesos de sustituciĆ³n deben formar parte de las polĆticas pĆŗblicas de los departamentos y municipios y deben comprometerse a la construcciĆ³n y mejora de vĆas de acceso.
Las mujeres defienden la condiciĆ³n andino-amazĆ³nica del territorio y demandan que no se convierta en distrito minero, lo cual implica renegociar las concesiones con las mineras respecto a la tenencia de la tierra.Ā Exigen proteger el territorio de las multinacionales, impedir que estas lo socaven y recuperar, preservar y proteger las semillas propias.
Las cocaleras demandan que se promueva e impulse una economĆa territorial y se fortalezca la producciĆ³n de productos claves y propios como: sacha inchi, cacao, plĆ”tano, yuca, chontaduro, piƱa, pimienta, palmito y especies menores, entre otros, asĆ como proyectos de comunicaciĆ³n, sociales, ambientales y turĆsticos. En cuanto la coca, se debe recuperar su uso medicinal y ancestral con liderazgo de los pueblos originarios.
Se deberĆ” apoyar el emprendimiento social y cultural para los y las jĆ³venes para prevenciĆ³n del consumo de sustancias psicoactivas, garantizar su educaciĆ³n tĆ©cnica y superior. La oferta del SENA y de las universidades deberĆ” llegar a los territorios rurales para que los y las jĆ³venes no se tengan que volver urbanos para capacitarse.
Finalmente, las mujeres reclaman que la sustituciĆ³n de cultivos solo inicie cuando ellas hayan participado de manera efectiva; sus demandas hayan sido incluidas; el Estado haya hecho efectivos los compromisos que adquiera con la firma de los acuerdos de sustituciĆ³n y que esta sustituciĆ³n se haga de manera paulatina. Que no se firme ningĆŗn acuerdo de sustituciĆ³n de cultivos si no se incluyen sus demandas y que ningĆŗn proceso de erradicaciĆ³n se lleve a cabo de manera forzada.
āāJuntas y valerosamente dignas, seguiremos afirmando vidaāā, asĆ termina la declaraciĆ³n.
Conozca la declaraciĆ³n completa aquĆ: Ā https://goo.gl/5wUFwEĀ
Contacto:
Catalina Ballesteros GarzĆ³n
Comunicadora Social CorporaciĆ³n Humanas
Cel: 316 3467515
Correo: cballesteros@humanas.org.co
Nancy SƔnchez
Coordinadora Alianza AsociaciĆ³n Departamental de Mujeres Tejedoras de Vida
Cel : 3166930047
Correo: alianzatejedorasdevida@gmail.com ncyschez@gmail.com
Luz Piedad Caicedo
Subdirectora de la CorporaciĆ³n Humanas
Cel: 311 2944523
Correo: luzcaicedo@humanas.org.co